Linterna Mágica
Fecha: 09/06/2025 al 26/09/2025
Horario:
Local: Archivo General de la Región de Murcia
Avda. de los Pinos, 4
Teléfono: 968 36 86 71
El nombre engloba a todo aparato proyector de transparencias dotado de fuente de luz propia y sistema óptico adecuado, mediante el cual se reproducen en una pantalla reflectante, toda clase de imágenes en mayor tamaño y posición invertida. Pero la linterna mágica es algo más, es historia de la proyección, de la óptica, de la iluminación… Y del espectáculo y aquí comienza:
Tenemos indicios de que los antiguos ya habían conocido algo parecido de características ignoradas, así como ciertas noticia que lo situan en el siglo XI.
A Athanasius Kircher (1671), “el hombre de los mil oficios”, se le ha considerado erróneamente inventor de la linterna, aunque será quien describa detalladamente la proyección estableciendo las primeras normas sobre la forma de realizarla y sobre la manera de impresionar al público, contribuyendo a despertar un gran interés en toda Europa.
Sobre 1659, Christian Huygens (1629-16939), crea una linterna con finalidades médicas con la que se podía “enfocar y proyectar la luz a través de un vidrio pintado y proyectar la imagen sobre la pantalla”. Hoy se le considera el verdadero inventor. El jesuita Claude Milliet de Chasles, obtiene resultados similares.
Los feriantes no tardaron en apropiarse de tan asombroso invento con vistas a obtener un beneficio económico. Los primeros linternistas desempeñaron un oficio popular pero de pobre reputación.
Entre 1751 y 1772 tiene lugar la publicación de La Enciclopedia francesa, que muestra un aparato muy primitivo dotado de tiras de placas circulares.
El espectáculo popular parisino de mayor éxito y actualidad durante varias décadas, estuvo constituido por las proyecciones de linterna mágica, del abate belga “Robertson” (Etienne Gaspard Robert) (1763-1837). En su notable obra “Memorias recreativas, científicas y anecdóticas del físico aeronauta E.G. Robertson” (París 1831-34), explica su evolución hacia los fenómenos luminosos. Además de su “fantasmagoría”, mostraba un gabinete con diversos “ejercicios de física recreativa”, realizaba “juegos indios”, e incluso tenía un “autómata parlante” que, no era otra cosa, que un truco creado con la colaboración del ventrílocuo Fitz-James.
Los espectáculos de este tipo y los normales de linterna, aunque perduraron mucho tiempo y fueron de uso común hasta 1860, sufrieron épocas de desinterés debido a su carácter reiterativo y a conocerse los trucos. No obstante siguen realizando una importante función educativa y recreativa a través de las “conferencias ilustradas”.
Las sesiones profesionales recuperarán su actualidad con la aparición de los Polioramas, aparatos dobles que ponen de moda los llamados “dissolving views” del inglés H. L. Child en 1840. A partir de 1900 con la aparición y generalización progresiva del cinematógrafo aparecerán modelos sofisticados de linterna, pero el cine iba por otro camino, con otra tecnología moderna y dirigida a grandes masas, relegó a la vieja linterna mágica a la proyección de diapositivas en medios docentes y a la observación de sus trabajos por parte de los aficionados.
