En la vitrina expositiva del Archivo General de la Región de Murcia, el visitante puede disfrutar de una selección de cámaras y accesorios fotográficos fabricados en baquelita de la colección de Gerardo Acereda.
La exposición estará disponible hasta el 30 de mayo.
En el largo camino recorrido por los materiales plásticos, la baquelita, que tiene su origen práctico en 1907, fue la primera sustancia de este tipo totalmente sintética. Debe su denominación a su creador, el químico belga Leo Hendrik Baekeland. Un material barato, no inflamable, versátil, amén de popular, que iniciaba el comienzo de la “era del plástico”. Su autor era ya conocido en el ambiente fotográfico por haber introducido el papel “Velox” en 1883. Desde su llegada al nuevo continente, en 1889, prestó sus servicios como asesor a la firma fotográfica A. y H.T. Anthony (Ansco) de Nueva York. Creó posteriormente las compañías Nepara Chemical y General Bakelite.
Intentando resolver un problema de síntesis química descubrió una sustancia plástica, la baquelita: una de las muchas resinas sintéticas que han revolucionado la economía moderna y la vida tecnológica. Obtenida a partir de moléculas de formol y formaldehído, fue uno de los primeros polímeros sintéticos termoestables. Se trata de un fenoplástico que todavía tiene en la actualidad importantes aplicaciones. Permite moldearlo, es dieléctrico, resistente al agua y a los solventes, termofijo y se mecaniza con sencillez y facilidad.
Su amplio espectro de uso la hizo aplicable en las nuevas tecnologías, como carcasas de teléfonos, cámaras fotográficas, radios, partes accesibles de los mecanismos eléctricos domésticos, tinteros, mangos, tapones, cubetas e incluso estructuras de carburadores. En nuestros días continúa usándose para aisladores de terminales eléctricos, piezas de freno de autos, asas para menaje culinario y, curiosamente, para boquillas de las tradicionales botas de vino.
Los constructores fotográficos no pudieron sustraerse a las ventajas que el producto ofrecía. Durante la década de 1945 a 1955 en que, a causa de las anteriores guerras, los mercados sufrían una crisis económica importante, las cámaras y accesorios de baquelita llenaron los escaparates y permitieron que un público de pocas posibilidades adquisitivas pudiera acceder a ellas y seguir fotografiando.
Los objetos de colores brillantes, hechos de fenol-formaldehído teñido, ahora muy apreciados por los coleccionistas, se basaron de hecho en procesos desarrollados por químicos alemanes e introducidos por primera vez en los Estados Unidos en 1927 por American Catalin Corporation. Pero la Bakelite Corporation se apresuró a hacer lo mismo y producir la nueva gama.
El atractivo estilo “retro” de los viejos productos de baquelita y la producción masiva han hecho que, en los últimos años, los objetos de este material se lleguen a considerar de colección. La desaparición de muchos ejemplares a causa de su inconveniente más notorio, la fragilidad, ha contribuido en buena parte a su aprecio.
Presentamos aquí una nutrida selección de cámaras y otros accesorios de baquelita procedente de la Colección Gerardo Acereda Valdés, del Archivo General de la Región de Murcia.