Publicidad Cámaras Fotográficas
Fecha: 17/12/2024 al 30/05/2025
Horario:
Local: Archivo General de la Región de Murcia
Avda. de los Pinos, 4
Teléfono: 968 36 86 71
La selección de carteles que aquí se presenta es un ejemplo de la publicidad exhibida por las empresas fotográficas en la primera mitad del siglo XX. Se han elegido por la relevancia de la marca, la calidad gráfica de sus autores y por ser representativos de la evolución del lenguaje gráfico aplicado a la publicidad.
La publicidad de las empresas fotográficas da un giro cuando la cámara ya no es un producto artesanal para profesionales o aficionados expertos, que no exige amplia difusión. Kodak encabeza la promoción a gran escala de sus cámaras. Sus primeros anuncios aparecen en 1888 en publicaciones de gran tirada como Harper's, Scribner's Magazine, Scientific American y Time Magazine. Son dibujos sencillos con un mensaje simple, pero muy eficaz, dirigido al americano medio, quien sólo tiene que apretar un botón para que Kodak haga el resto. Cuando la cámara se hace verdaderamente portátil, los fabricantes quieren llegar al mayor número de personas y entra en juego la competencia entre marcas. Los reclamos publicitarios que se han puesto en circulación desde entonces han sido considerables: carteles, catálogos, folletos publicitarios, expositores, sellos, tarjetas postales, regalos promocionales, etc. Kodak y Agfa destacan entre todas las marcas por dirigirse a un público muy amplio y porque han permanecido largo tiempo en el mercado.
Los llamados artistas comerciales, precursores de los diseñadores gráficos de nuestra época, se ponen al servicio de la emergente publicidad. Al principio, fundamentalmente, con recursos pictóricos que van adaptando a las exigencias de una comunicación directa, rápida y efectista, acorde con la naciente sociedad industrial y con las novedades en el Arte del cambio de siglo. La influencia del Art Nouveau y de cartelistas franceses como Jules Chèret y Eugène Grasset se deja sentir tanto en la publicidad europea como estadounidense. Son formas silueteadas y tintas planas, inspiradas en la estampa japonesa, que tanto fascinó a los artistas de la época. A este momento pertenecen las Kodak Girls de John Hassall y de René Lelong, pero también la interpretación que hacen de este personaje Claude Shepperson y Percy V. Bradshaw. Ahora, la cámara no es sólo un aparato fácil de manejar para construir recuerdos; ahora, quien tenga una de estas cámaras puede soñar con un mundo cosmopolita y de diversión.
La industria fotográfica alemana, que emerge con fuerza a comienzos del siglo XX, presenta una publicidad más directa y demostrativa que la de Kodak. El cartelista se acerca al público con muy pocos elementos gráficos: una pose, una determinada indumentaria, una cámara y su logotipo son suficientes para comunicar que es un producto de calidad y exclusivo, como se observa en los carteles de Goerz, Ernemann, Ica y Contessa. Otras veces, recurre a elementos simbólicos, como la “Diosa de la luz”, singular imagen de identidad de Ernemann, con formas propias del Modernismo Geométrico. En ese mismo ámbito germano, los carteles de Hohlwein para Leica (1926), de Martin Lehmann-Steglitz, para Schssleuner (1930) y los de Dudovich para Agfa (1922), representan otro estilo pictórico más ligero, de tonalidades suaves, muy al gusto de la burguesía europea elegante y a la moda.
A partir de la década de 1930, la influencia de la Bauhaus y las Vanguardias conforman un nuevo lenguaje gráfico, la Fototipografía, combinación de tipografías y de imágenes fotográficas, tal como puede verse en el anuncio de Leica (1937). En el mismo período, la geometrización, el dinamismo y el uso de metáforas visuales de los carteles de Ferrania (1930), de Zeiss Ikon (1933) y de Kodachrome (1935) representan el diseño comercial más innovador, a la manera de los maestros franceses de la época Charles Loupot, Jean Carlu y Cassandre.
Tras la II GM conviven el Estilo Tipográfico Internacional y otros enfoques que utilizan libremente tanto la fotografía como una ilustración de trazo ligero, con colorido y sentido del humor, en sencillas composiciones. Buena muestra son los carteles de Voigtländer (1966), de Kodak (1956) y Agfa (1957). Dos lenguajes gráficos diferentes, para dos públicos diferentes. Una constante en la historia de la publicidad de la industria fotográfica.
En la vitrina además de carteles publicitarios se exponen cámaras fotográficas de la colección Gerardo Acereda Valdés, del Archivo General de la Región de Murcia. Texto de Antonia Acosta Cruz, licenciada en Historia del Arte, especilizada en Historia del Diseño Gráfico.