Convento-Hospital de Nuestra Señora de la Purísima Concepción y San Juan de Letrán de Caravaca (Juandedianos)

1-1-1751

31-12-1800

Fondo

1-Caja(s)

En el siglo XVII se produjo un primer intento fallido de implantación de la Orden de San Juan de Dios en el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción y Capilla de San Juan de Letrán en Caravaca, que constaba de casa-hospital y sala de enfermos, regido por una cofradía antigua, gobernadas por "siete personas oficiales", elegidas anualmente por los cofrades. María Melgares de Robles, vecina de Caravaca, hizo testamento en el año 1656 y en él dejaba sus bienes con el fin de que se instalase en Caravaca la Orden de San Juan de Dios para un mejor cuidado en la curación de los pobres. La cuestión no prosperó hasta que en el año 1668 se volviese a retomar, resultando de nuevo aparcada por la oposición de la propia Cofradía, así como la no aceptación por la Orden de San Juan de Dios de algunas cláusulas de las capitulaciones. Será en el siglo XVIII cuando se realice el establecimiento de la Orden de San Juan de Dios y la posterior denegación del mismo. En el año 1763 fray Francisco Morote Melgares reactiva de nuevo el posible establecimiento de la Orden y el 13 de octubre de dicho año se establecen unas capitulaciones con la Cofradía que constan de 24 condiciones. El 16 de mayo de 1767 se produce la llegada, de forma interina, de la Orden de San Juan de Dios en Caravaca. Se hace el nombramiento de los primeros religiosos, contando como prior y fundador con fray Francisco Morote Melgares y con los frailes Antonio Hernández y Francisco Javier García de la Soledad. Hasta que el Consejo de Órdenes no emitiese la cédula definitiva, la fundación se sustentaba en un ámbito de provisionalidad, de ahí que cualquier prior que se nombrase llevaba anejo el título de fundador, pues caso de darse la referida cédula (que nunca se dio) sería éste el fundador ¿legal¿. La decisión del Consejo de Órdenes de denegar la fundación se hizo definitiva el 14 de noviembre de 1782, al mismo tiempo que autorizaba la retirada de los religiosos al convento de Murcia. Los trámites de entrega se prolongaron hasta el año 1783, así como los recursos ante el Rey por la Cofradía para que la Orden no abandonase el Hospital.

- SÁNCHEZ ROMERO, Gregorio, Los hospitales de Caravaca (ss. XVII-XIX) y la fallida implantación de la Orden de San Juan de Dios, MVRGETANA, nº 108, Murcia, 2003, págs. 83-109 - GARCÍA HOURCADE, JOSÉ JESÚS, Los hermanos de San Juan de Dios y el hospital de Caravaca (1762-1782): Notas sobre la secularización de la asistencia hospitalaria, Carthaginensia: Revista de estudios e investigación, Vol. 5, Nº 7-8, 1989 , págs. 115-140.