Notarías de Fuente Álamo de Murcia (1566-1923).

1566

1923

1ª División de fondo

148-Libro(s)

Siglo XIII - El Reino de Murcia fue incorporado a Castilla en 1243-1246 y el notariado fue regulado por los fueros municipales y en el reinado de Alfonso X el Sabio por el Fuero Real, el Espéculo y las Partidas (1260-1270). 1503 - La Pragmática de Escribanos (7 de julio de 1503) dio lugar al nacimiento del protocolo notarial tal como lo concebimos en la actualidad. El notariado castellano es reorganizado y supeditado al Consejo de Castilla. 1862 - La Ley del Notariado separó las dos funciones tradicionales de los escribanos, la civil y la judicial, reservándose a los notarios la primera. En esta última fecha la Diputación Provincial de Murcia propuso al Gobierno Civil equiparar la distribución de los partidos notariales a los judiciales: Murcia (Murcia y San Javier), Cartagena (Cartagena, La Unión y Fuente Álamo de Murcia), Lorca (Lorca y Águilas), Caravaca (Caravaca, Cehegín, Calasparra y Moratalla), Mula (Mula, Molina y Torres de Cotillas), Totana (Totana, Alhama y Mazarrón), Cieza (Cieza, Blanca y Fortuna) y Yecla (Yecla y Jumilla) (AAR, Diputación, Actas, 3-9-1862). En la actualidad pertenece al Distrito Notarial de Cartagena.

De tipo funcional, se considera la documentación producida por el notariado de Murcia (reino/provincia/región) como un fondo único, dividido en secciones, ordenadas alfabéticamente, que corresponden a cada una de las localidades de la región donde existen o han existido notarías. El siguiente nivel corresponde a las series documentales producidas por cada notario de una localidad, ordenándose éstos a su vez alfabéticamente. Se han identificdo tres series: protocolos, índices y libros indicadores, aunque de las dos últimas hay muy pocas unidades. El tercer nivel es el de unidad documental compuesta, que corresponde con cada uno de los protocolos, libros índice o libros indicadores, ordenados por número de signatura. El último escalón es la unidad documental simple, que corresponde a cada una de las escrituras contenidas en un protocolo, en el orden en que figuran en el mismo. Se ha optado por una clasificación funcional y no orgánica, ya que se ha evitado una primera división del fondo en Distritos Notaraiales, debido a que éstos han variado a lo largo de los siglos y por facilitar el trabajo de los investigadores, a los cuales les es más fácil acceder a una localidades ordenadas alfabéticamente.

Libre consulta. La única restricción al acceso viene determinada por el mal estado de la documentación original. En caso de que exista copia, se sirve ésta.

Registro topográfico con índices alfabético, cronológico y geográfico de los protocolos. Existe también un índice de otorgantes de testamentos y escrituras anejas de los siglos XV- XIX, aunque sólo está completo el de los dos últimos siglos. Actualmente está muy avanzada la descripción informática de este fondo de acuerdo con la norma ISAD (G).