La serie de procesos o rollos criminales de la Sección 1ª de la Audiencia (que ocupan un volumen de 1.030 cajas) comienza en 1902, aunque no tienen una continuidad real hasta 1932, entre otros motivos por el gran expurgo realizado en todos los archivos judiciales en el año 1911, en que se autorizó la eliminación de mucha documentación anterior.
Estos procesos ofrecen una información muy interesante sobre los problemas de sociabilidad, accidentes, orden público, derechos y libertades individuales, obras públicas, crímenes y delincuencia de distinto tipo, violencia doméstica, secuestros o raptos de novias (costumbre muy extendida en la huerta y el campo) o atentados contra la naturaleza o el medio ambiente (como los incendios).
La crisis económica de 1929 dio lugar a una gran recesión económica. Una muestra son los procesos del Tribunal Económico Administrativo, creado en 1925. Los atestados, comparecencias y partes de la Audiencia y los juzgados ofrecen muchos ejemplos de la convulsión política, social y económica en estos años. Durante la llamada “revolución de Asturias” se creó una Sección Especial y un Tribunal de Urgencia dentro de la Audiencia Provincial de Murcia y al estallar la Guerra Civil española (1936) la Audiencia fue reemplazada por los tribunales populares de Cartagena y de Murcia. Tras el fin del conflicto volvió a su denominación actual.
Dentro de la Sección 1ª existen otras series de interés para la investigación, como los distintos registros: Libros de sentencias (1892-1949), registro de vistas previas (1892-1893), registro especial de ejecutorias (1928-1941), registros generales de causas (1940-1949), o un índice de procesados (1945-1949). Asimismo se conserva la serie de expedientes del personal de la Audiencia (1892-1944).
Las Audiencias Provinciales fueron creadas en 1892 en sustitución de las Audiencias de lo Criminal, establecidas sólo una década antes. Su misión era dirimir todos los procedimientos de tipo penal instruidos en los juzgados de primera instancia de la provincia y aquellos delitos criminales más graves que no se sustanciaban en los juzgados de lo Penal, aunque con el paso del tiempo asumieron también asuntos civiles (como divorcios durante la Segunda República) hasta que en 1968 se crearon en su seno salas específicas de lo Civil. Muchos de estos procesos penales se resolvieron mediante jurado popular durante el primer tercio del siglo XX.